‘Paterson’ de Jim Jarmusch
Adam Driver es uno de esos actores que se presentan cada generación y que se revela como un rostro distinto. Su papel en Girls, la serie de HBO, significó para él un salto enorme al reflector de Hollywood y de grandes directores, capaces de sostener con su trabajo personajes complejos y multidimensionales.
Ése es el tipo de papeles que ha atraído Driver. Sí, encarna al nuevo villano de Star Wars, pero ya ha trabajado con Martin Scorsese, los hermanos Coen, Noah Baumbach y Jeff Nichols. Se trata quizás, junto con Ben Mendelsohn, del actor más interesante desde Philip Seymour Hoffman.
De ahí que su mancuerna con el director Jim Jarmusch, sea un gancho inmediato para quienes gustan de un cine distinto y memorable.
Paterson, cuyo título viene de nuestro protagonista Driver y la ciudad de Nueva Jersey donde reside, es una observación de la cotidianidad. Con una disciplina militar, Paterson despierta a las 6:15 am junto a su bella esposa Laura (Golshifteh Farahani), quien diariamente prepara su almuerzo una vez que desayunan juntos y él sale a su trabajo como conductor de autobús público.
Antes de partir, Paterson escribe poesía, su distractor de la rutina que surge de una naturaleza observadora. Como es costumbre, Donny su supervisor siempre pasa lista antes de salir a su ruta. Ya en su camión, Paterson escucha las conversaciones de sus pasajeros, nutriendo su curiosidad por llenar el discreto cuaderno que llena con sus pensamientos diarios.
Al regresar a casa, siempre tiene vívidas conversaciones con Laura, una inquieta artista que continúa buscando su vocación, con una sonrisa en la cara pese a no vivir en la opulencia. Tras cada cena, Paterson pasea a Marvin su perro y toma una cerveza en un bar que decora sus paredes con recortes de notas relacionadas con la ciudad de Paterson y donde no hay televisión que opaque las conversaciones o la música de Jazz.
Paterson cubre una semana en la vida de su protagonista y su entorno. Una pequeña invitación de Laura provoca que Paterson vea esa semana como un parte aguas para su poesía, que ella compara a la de William Carlos Williams, un destacado poeta local.
La poesía de Paterson no es grandilocuente o épica. Es sencilla, casi mundana, pero contiene ella las motivaciones del protagonista, su cosmos, su personalidad completa.
En los momentos ordinarios, Paterson es una película grandiosa, humana pero discreta. Jarmusch no repite emplazamientos salvo en situaciones donde busca enfatizar parte de la rutina de Paterson.
Además, Jarmusch utiliza como elemento el contexto de la clase trabajadora, su lucha y el mundo que habita.
Paterson se presenta en el 37o. Foro Internacional de la Cineteca Nacional.
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